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OPCIONES A LA CALEFACCION DE GAS

Opciones a la calefacción de gas natural

El precio de la energía se ha disparado en este año, especialmente desde la invasión rusa a Ucrania. Ante esta situación, usar la calefacción se ha encarecido para muchas familias europeas. ¿Existen otras opciones para sustituirla? Lo cierto es que sí, hoy te contamos diferentes opciones a la calefacción de gas natural.

Energías alternativas a la calefacción de gas natural

Radiadores y suelo radiante

Es una alternativa al gas natural y consiste en la instalación de una serie de tubos de polietilenos en el suelo, bajo una capa de mortero autonivelante. A través de los cuales circula agua caliente entre 30 y 45 grados; una temperatura bastante más baja que el sistema tradicional de calefacción. El calor se reparte mediante la zonificación, con lo que se reduce el consumo de energía. Además, al instalarse bajo el suelo, no ocupa espacio.

Energía eléctrica

Utiliza un calentador eléctrico que convierte la corriente eléctrica en calor. Es un depósito de agua de 10 a 300 litros. El agua se calienta a través de una resistencia eléctrica. Una vez que el agua alcanza una temperatura, la resistencia se desactiva y el aislante mantiene la temperatura del agua. Existen diferentes tipos, estufas halógenas, calentadores de convección y calentadores de ventilación.

Carbón

Es la opción más tradicional, todavía arraigada en zonas rurales. Es poco eficiente porque necesita grandes cantidades de energía para calentar una vivienda. Resulta muy contaminante.

Gasóleo

Su funcionamiento es muy sencillo. Se coloca gasoil en su interior, prende y se transforma en calor. Cuenta con un gran rendimiento energético. Su principal desventaja es que no es del todo seguro y resulta muy contaminante.

Aerotermia

Consiste en un sistema de climatización que usa una bomba de calor para extraer el calor contenido del interior al exterior. En verano, el calor del interior se transmite hacia el aire, el agua o el suelo. En invierno, ocurre el proceso contrario: el calor del exterior se transfiere al interior. Requiere una inversión inicial alta, pero sus ventajas la compensan: no contamina, es eficiente y ahorra energía a largo plazo.

Geotermia

En este caso, se aprovecha el calor que llega desde la superficie de la tierra. Para ello, se emplea una bomba de calor geotérmica. Su función es aprovechar la temperatura constante del subsuelo a lo largo del año. La principal ventaja es que puede usarse sin límite de tiempo.

Biomasa

Esta energía renovable se genera a partir de la combustión de la materia orgánica. Las calderas de biomasa son las más ecológicas del mercado. Además, su combustible puede ser muy variado: pellets de madera, huesos de aceitunas, forestales, cáscaras de frutos secos…

Energía solar térmica

Aprovecha la energía procedente del sol para aplicarla a la calefacción. Para funcionar, la instalación necesita un intercambiador de placas (conecta la calefacción solar con la caldera) y un regulador, para administrar el agua caliente para uso doméstico. La inversión inicial se amortiza con sus años de uso, ya que su vida útil puede superar las dos décadas. Debido a todo ello, es una opción al auge durante estos años.

¿Qué ventajas presentan estas energías alternativas?

La aerotermia, geotermia, biomasa y la energía solar térmica coinciden en un matiz: son renovables. Esto les concede bastantes ventajas respecto al sistema tradicional:

  1. No se agotan.
  2. Son más limpias que el gas natural y no requieren emisiones contaminantes.
  3. Generación de residuos nula o escasa: mínimas en el caso de la geotermia.
  4. Rentables a largo plazo: su coste inicial se ve así compensado.

Comparativa de precios con respecto al gas natural al uso

Según un estudio de Toshiba recogido por el Business Insider, la aerotermia gana al gasoil y al gas. Los resultados lo dejan claro: la aerotermia es al menos un 25% más barata que el gas natural y un 50% más barata que el gasóleo.

El portal Enerpop también realiza una comparación entre el precio de los diferentes tipos de energía para calentar nuestro hogar. Según este cálculo, la calefacción de gas propano sale por 3.182 euros al año. En comparación, estos serían los precios de las otras alternativas: caldera eléctrica (2.537), gasoil (2.255), biomasa (1.870), gas natural (1.850) y muy por debajo, aerotermia (634) y geotermia (423).

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